domingo, 20 de noviembre de 2016

Tiempo

El cambio a la clase de Kinder, como cualquier cambio, conlleva mucho esfuerzo, no sólo por el cambio de etapa, que también, sino porque mis nuevos niños vienen de cuatro clases distintas y cuesta unificar materiales y metodologías. Y porque mi clase está recién montada y no tiene estanterías. Ni armarios. Y porque yo soy de Primaria, aunque haya trabajado siempre con grupos de 5 años también. Pero era especialista, la tutoría es otra cosa. Y porque enseñar a leer en inglés es otro rollo. Madre mía.
A echarle horas, no queda otra. Más la de ida y la de vuelta a casa. Salgo del piso de noche y vuelvo de noche también. Y el dichoso daylight saving time no ayuda.
Esto me ha pillado además justo después de pasearme a lo largo de esta mitad del continente durante las últimas dos semanas, con lo que os podéis imaginar el cansancio acumulado.
Pero más que el cansancio, lo que me falta en general es tiempo. Tiempo para mí que he recuperado este fin de semana. Para ver cómo entra la luz por la ventana del salón. Y de mi cuarto. Tiempo para perderlo viendo series, para cocinar, para limpiar. Tiempo para esas cosas para las que nunca saco tiempo entre semana. Y qué gusto parar y respirar y echarse la mantita por encima y que se te cierren los ojos y que te eches una mini siesta en el sofá. Y abras un ojo y lo vuelvas a cerrar. Otro ratito más.
Porque hay que coger fuerzas, que esta semana que entra no se trabaja en el cole y Miami nos espera, ¿verdad Vero? Y qué bien nos va a venir. Porque aquí ya empieza a asomar las orejas el invierno. El sábado cayeron los primeros copos de nieve como para recordarnos que a pesar del noviembre cálido que estamos teniendo, Chicago sigue siendo Chicago. Y ojito con sus fríos. Pero de eso nos ocuparemos el próximo domingo, a la vuelta del calorcito y el solete. De las vacaciones que no tuvimos este verano.
Y después, tres semanitas y pico de clase y a coger el avión para casa. Diez días que seguro me sabrán a poco, pero qué ganas, madre. Qué ganas de que llegue y de veros y achucharos. Y de poder parar el tiempo.

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